lunes, 20 de junio de 2011

El periódico

Son 38 centímetros de ancho por 57 de largo en 38 páginas divididas en 5 secciones independientes.

Cojo el periodico; Cultura se escurre por la parte de abajo y el resto de secciones, menos tímidas, se doblan hacia adelante para saludarme al modo japonés. Recoloco a Cultura y un orgulloso Deportes aprovecha la coyuntura para asomar la cabeza por encima de los demás. Con el periodico en horizontal, devuelvo a Deportes a su posición original.
Aferrando con los pulgares el meridiano del periódico, procedo a elevarlo lentamente en vertical. Leo dos titulares. Lo abro. 76 centímetros de ancho repartidos en 12 imponentes columnas me contemplan. Asombrado ante tamaño despliegue informativo, no reparo en que Economía, Deportes y Salud han decidido separarse de Cultura y Política. Intento hacerles entrar en razón, mediar entre ambas partes, pero su decisión es firme; en mi suelo se encuentran más agusto. Me resigno y dirijo mi vista a la tercera página; una interesante comparativa de centrales nucleares me espera. Comienzo a leer el artículo pero los años pesan y, tras cinco minutos, tengo calambres en los bíceps. Con los brazos extendidos parezco un cristo. El Cristo de la Noticia, que murió por tus cartas al director.
Intento retornar a los manejables 38 centímetros iniciales pero durante el giro la situación se descontrola y Cultura, con Popeye en portada guiñándome un ojo, cae al suelo seguido de la central de Chernobyl y el resto de Política. Solo la cara anterior a la portada, sostenida por mi mano izquierda, ha conseguido salvarse del desastre. Desolado, miro su contenido; El Papa, de vacaciones en Costa de Marfil, se moja los pies en la playa.

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