lunes, 9 de abril de 2012

La piedra

Voy andando distraído por la calle, tropiezo, me caigo y pierdo el conocimiento.

No hay diferencia.
Pasan los siglos y todo parece distinto. Pero es siempre lo mismo.
Personas haciendo un trabajo con el único fin de, tras unas horas de descanso, obtener el derecho a volverlo a realizar.
¿Qué les mueve? ¿Cual es la zanahoria que les alimenta?
La esperanza del domingo, la esperanza del más allá, la esperanza de las zapatillas Nike.
Y, mientras, el patrón nos enseña a rezar, qué bueno es el patrón.

Hay demasiadas palabras, están por todas partes, y no valen nada.
No quiero predicar en el desierto.
Quiero mi revolución, ser mi propio salvador; desear menos, vivir con menos.
Apoyado en el arte y la contemplación pausada.

Voy andando distraído por la calle, tropiezo, me caigo y pierdo el conocimiento.

1 comentario:

  1. Tranquilo Alvaro, la revolución vendrá de la denostada vecina Francia, gracias a Melenchon.

    Socialismo o barbarie!!

    Vive La France

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