lunes, 14 de noviembre de 2011

Las sobras

¿De verdad que no quieres más? Pero si te quedan al menos dos o tres cucharadas... ¿Cómo que sin sustancia? Que solo quede el liquido no quiere decir nada, seguro que está tan buena como hace diez minutos. Además, a nivel molecular, todavía hay pequeños trocitos de miso y tofu flotando.
Mira, ves, un poco fría, un poco insulsa, una sopa presa de sus circunstancias, sí, pero aún con un indudable alto poder nutritivo.

Pero, ¿cómo decoración? Perdona, pero hasta donde yo sé, de toda la vida estas flores colocadas estrategicamente se comen.
Bueno, claro, si no le echas nada es un sabor un poco amargo pero, fijate, fijate, cogemos este sobre con toallita de limón, lo exprimimos bien para que caigan dos o tres gotas sobre la margarita y, entonces, ¿qué me dices? Esto ya es otra cosa, ¿eh? La cosa cambia, ¿eh? Esto no te lo esperabas, ¿eh? Son... pequeños truquis que aprende uno.

Esos granos de arroz, ¿te los vas a dejar? Es una pena, ¿no?
No, no, si estoy lleno pero no sé... me parece un poco embarazoso que venga el camarero y vea que te has dejado medio plato.
Vale, medio no, pero, entiéndeme, el efecto de cara al cocinero es el mismo.
No discutamos, por favor, no discutamos. Tú no quieres comer más y yo me siento un poco mal por dejar esos granos ahí, solos, a la buena de Dios. Anda, acercame el plato, haz el favor. Y pasame lo que te queda de pan ya que estás. Para empujar.

Sí, estaba todo muy rico.
Oye, te quería preguntar... ¿El menú venía con postre? ¿te vas a terminar el agua?

1 comentario:

  1. Espero que no paséis ese hambre en vuestro piso. Aunque con el 20-N en casa, ¿qué mejor que la denuncia social como momento prescindible?

    ánimo con ese trabajo de relatista¡¡

    ResponderEliminar